domingo, 26 de febrero de 2012

Mermelada de fresa


Me encanta hacer mermeladas. No sé, pero me parece algo mágico el poder meter en un tarrito esa fruta que te sobra en un momento dado y poder disfrutarla durante los meses venideros. Incluso más reconfortante si la fruta la has cultivado tú mismo. Desgraciadamente, no es el caso en esta ocasión. Las fresas las compré en el mercado, aprovechando que no estaban nada mal de precio.

Normalmente, las recetas de mermelada llevan el mismo peso de azúcar que de fruta, pero con la mitad de azúcar ya quedan suficiente dulces y resultan más saludables.




MERMELADA DE FRESA

1 Kg de fresas
½ Kg azúcar
1 limón

Lavamos muy bien las fresas y las cortamos en rodajas. En un cuenco vamos alternando capas de fresas y capas de azúcar. Rociamos con el zumo del limón y dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Después de este tiempo, ponemos todo a cocinar en una olla, removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Transcurridos unos 20-30 minutos, la mermelada debe de estar lista. Para comprobarlo, podéis dejar caer un poco de mermelada en un plato que habrá estado en el frigorífico durante un rato. Así veréis la consistencia que alcanza la mermelada cuando se enfría.

Para almacenarla, la echaremos en caliente (ojo, no hirviendo!) en unos tarros de cristal previamente esterilizados (yo utilizo un esterilizador de biberones). Debéis llenar los tarros completamente, colocad las tapaderas y ponedlos boca-abajo. Así conseguimos que al enfriarse se haga el vacío en los tarros y la mermelada se conserve durante más tiempo.

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